-¿Que querés que te regale para tu cumpleaños?- Me dijo mi hermano.
-¡¡¡Ayyyyy nooooo cómo se te ocurre!!! ¡¡¡Cómo me vas a preguntar eso!!!- Le dije, con mucho aspamento e indignación.
A los dos días se me prendió la lamparita, dejé de lado la dignidad y poniéndome colorada le mandé un mensajito: "Un mate y un termo para traerme al trabajo" Y para no quedar tan como el orto le puse también "Vos preguntaste". De todos modos creo que esa mención no me ablandó la cara de piedra, más bien la endureció.
Cuestión que mi hermano se apareció con esos termos que salen caros, esos termos que yo siempre creí que iba a mirar con la ñata contra el vidrio. Y un mate polentoso, que sea como sea viste cómo es cuando te regalan un mate, que tiene esa cosa afectiva... Cuestión que ahora estoy en el laburo acompañada del termo viejo que estaba en casa. Y me compré un mate de latita horrible. Cómo odio ser tan sentimental. Eso sí, un souvenir no me lo guardo ni en pedo, tampoco se vayan a creer.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
¿porque no el que te regaló tu hermano? vas a ser la envidia de la oficina :P
Tengo un poderosisimo mate uruguayo que me dio mi ex, cuando se le ocurrió devolverme los regalos (si, es una maleducada)
beso
A
Porque si lo dejo en el laburo es altamente probable que me lo re choreen. Pero fijate que encontré una solución bien quichicientesca: ando con el mate en la mochila y lo llevo de Capital a Ezeiza todos los días. Y viceversa, por supuesto. Hoy que es el segundo día ya me da menos vergüenza. Ahora, respecto a tu ex, yo me alegraría de esa devolución! Ese sería un buen post, las cosas que te devuelven.
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